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Crisis pareja segundo hijo
estoy resentido con mi segundo hijo
Aunque la crianza de un bebé supone un reto -sobre todo durante el primer año-, algunas parejas se fortalecen a medida que se respetan mutuamente como padres y comparten experiencias que les unen. Puede ser útil afrontar los problemas de relación que surjan después de tener un bebé a medida que se vayan produciendo.
Uno de los principales factores que provocan tensiones y problemas en las relaciones tras el parto es el cansancio. La falta de sueño puede tener un gran impacto en el día a día y es útil considerar las opciones para gestionarlo. Por ejemplo, cuando la falta de sueño hace acto de presencia, uno de los progenitores puede necesitar dormir en otra habitación para ponerse al día.
El dinero -o la falta de él- también puede ser una causa de estrés para las parejas. Para muchos padres primerizos, adaptarse a la vida con unos ingresos reducidos o con un solo sueldo puede ser especialmente difícil. A menudo, hay cuestiones emocionales que subyacen a las filas del dinero, como la pérdida de la independencia financiera o el sentimiento de presión por tener que mantener a la familia.
Con el primer bebé, la llegada puede significar que dos personas que eran las más importantes en la vida del otro tienen ahora una tercera (o más con gemelos o múltiples) persona muy importante en la que pensar. A algunos padres les resulta difícil esta transición, ya que tienen que lidiar con el hecho de que ya no están en el primer plano de la mente de su pareja.
¿puede mi matrimonio soportar otro bebé?
“Miré a mi pequeño bebé y lo amé, pero… Me llené de tanta tristeza porque mi relación con mi primogénito nunca sería la misma. Me dieron ganas de poner al bebé en un lugar seguro y coger a mi hijo de 3 años, atarlo a su silla de coche y marcharme. Quiero decir… Sabía que le estábamos haciendo el mejor regalo al tener este hermanito, pero… me rompía el corazón que nunca volveríamos a estar los dos solos”. Así recuerda una madre de Seattle los agradecidos pero confusos días que siguieron al nacimiento de su segundo hijo.
Pocas madres, veteranas seguras de sí mismas que pueden cambiar el pañal de un niño pequeño en movimiento y recitar de memoria “Buenas noches, luna”, anticipan los agridulces sentimientos de pérdida que a veces evoca el nacimiento de su segundo hijo. El nacimiento de un segundo hijo hace que la estructura interna de la familia cambie. Las madres pueden sentirse desgarradas entre las necesidades de ambos hijos e incluso llorar la pérdida de exclusividad en su relación con el primogénito.
tener otro bebé con la nueva pareja
Muchas parejas casadas piensan que nunca podrán tener una conversación normal o una noche completa de sueño tras el nacimiento de su primer hijo. Pero hay buenas noticias: El periodo de transición no suele ser tan largo para el segundo bebé.
Aunque las cuatro semanas iniciales tras el segundo nacimiento suponen un periodo de adaptación, las parejas suelen adaptarse a los cambios en cuatro meses y la calidad de su matrimonio vuelve a ser la misma que antes del nacimiento.
Los resultados, que contradicen otros estudios que han sugerido que la satisfacción marital sigue disminuyendo con cada hijo adicional, se publican en la revista Couple and Family Psychology: Research and Practice.
Cuando los investigadores examinaron los cambios matrimoniales un año después del nacimiento del segundo hijo, la mayoría de las parejas se mostraron más positivas que negativas respecto a sus matrimonios y gestionaron la transición con pocos cambios. En general, las parejas sólo experimentaron un pequeño trastorno cuando el nuevo bebé se incorporó a la familia.
“Incluso cuando se producía un cambio significativo, éste solía ser de corta duración, lo que atestigua la capacidad de recuperación de la familia más que la crisis tras el nacimiento del segundo hijo de la pareja”, afirma Brenda Volling, profesora de psicología de la Universidad de Michigan.
el marido no conecta con el segundo hijo
Algunas personas se adaptan al final de un matrimonio y pasan a otras relaciones con razonable rapidez y facilidad. Sin embargo, otras personas en esta situación pueden tener dificultades para establecer una nueva relación con éxito, dadas sus experiencias pasadas. Si está pensando en volver a casarse, algunas preguntas que debe hacerse son las siguientes: Volver a casarse puede hacer aflorar sentimientos no resueltos de un matrimonio anterior tanto para los adultos como para sus hijos. Es importante no reproducir viejas heridas y frustraciones en el nuevo matrimonio.
Sea consciente de las fuertes reacciones emocionales que puede tener hacia su nueva pareja. Pueden ser una respuesta a un asunto del pasado no resuelto. Está bien tener estos sentimientos, pero reconoce que pueden estar afectados por tus experiencias pasadas.
Si te resulta difícil lidiar con la ira, el dolor o la frustración no resueltos, puedes hablar de ello con tu nueva pareja, o buscar el apoyo de un consejero o un servicio de ayuda. Vuelve a casarte: elige bien a tu pareja Sé realista sobre el tipo de persona con la que quieres casarte. Es importante reflexionar sobre lo que funcionó y lo que no funcionó en tu anterior matrimonio, y confirmar lo que te hace compatible con tu nueva pareja.
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